3/30/2010

MENSAJE DADO EN LA PLAZA DE TALCAHUANO EN LOS DÍAS DEL TERREMOTO



Hno. Julio Barrientos / Talcahuano, Chile
26 de marzo de 2010

Un hombre en un camino solitario leía una vez la Biblia, y el se hizo esta pregunta: ¿de quién está hablando?

Al leerles hoy un pasaje en la Biblia, en Dt. 8, al igual que ese hombre, nos saltará la misma duda, ¿de quién está hablando? Ya que los que estamos aquí reunidos bien podríamos decir que estos versos están hablando claramente de Chile:

Describe una tierra de abundancia. Porque el Señor tu Dios te (da) una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre.

También habla como si estuviese describiendo el tiempo de abundancia en Chile antes del terremoto… Cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas… hasta aquí bien podríamos decir que es la descripción exacta de esta nación. Una tierra rica, bendita y prospera.

Pero también hay una descripción de la clase o forma de ser de las personas que habitan esa nación: Dice…no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios. No se te ocurra pensar: Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos.

Una tierra de abundancia, de mucha riqueza, pero con habitantes que creen que lo que tienen, ha sido exclusivamente por su fuerza e inteligencia, y con el rasgo principal que se han olvidado de Dios.

Un profeta dice esto: Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente, y no les dolió, acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca, y no quisieron arrepentirse.

Fuerza Chile, Vamos Chile que se puede. La confianza en nuestra fuerza siempre será nuestro grito de lucha: “Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con cedros los reemplazaremos” (Is. 9:10), “… Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado” (Mal. 1:4).

Fuerza Chile, Vamos Chile que se puede. No lo es todo, y más bien no es suficiente: Estamos aquí para orar a Dios y estamos aquí para que de nuestra parte haya un momento de humildad y de arrepentimiento, un momento de mirar a Dios. Mejor sería decir: “Yo se que mi redentor vive, y al fin Talcahuano se levantará del polvo”
Lo físico es una sombra de lo espiritual, creo que Dios ha mostrado en lo físico lo que se ha construido en estos últimos años.

Hemos construido no solo edificios y puentes para el desarrollo, también hemos construido una sociedad liberal, que ha olvidado el principio que todo lo que el hombre siembra, también cosechará. Nuestros jóvenes están viviendo, ignorando que hay consecuencias buenas o dolorosas según nuestra forma de vivir.
Les hemos dado las llaves del auto de la independencia, pero en ningún momento les hemos dado el manual de la vida, de los valores, del respeto, de la humildad, de la gratitud, de cómo conducirse en la vida y en la relación con su prójimo.

Muchas veces necesitamos ser sacudidos en lo físico para que veamos nuestra condición social o espiritual.

“Salió lo peor de nosotros”. Es una frase muy mencionada en los medios de comunicación al ver el caos y pillaje que se vivió después del terremoto. En realidad no salió lo peor de nosotros, “salió lo que somos y lo que no hemos querido ver en estos últimos años”.

Se nos ha enseñado en estos últimos años a exigir nuestros derechos, pero no a saber cuales son nuestras responsabilidades.

Tus riquezas y todos tus tesoros entregaré al saqueo, a causa del pecado de tus lugares altos en todo tu territorio. Jer. 17:3.

Todos hemos escuchado alguna vez de las ciudades de Sodoma y Gomorra que fueron destruidas; pero muy pocos sabemos porque fueron destruidas: La Biblia dice… “He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado”

Dice:…pero no ayudaron al pobre ni al necesitado. Padres, por un instante pensemos, quizás nuestros hijos y nuestros hijas, han sido en estos años parte de esos pobres y necesitados que hemos olvidado.

Nuestro país es hoy una gran nación, democrática y con todos los estándares de calidad, de progreso y de reconocimiento a nivel mundial, que hace de Chile un país donde los inversionistas extranjeros tengan plena confianza para invertir en ella. Hoy pertenece a los 30 países desarrollados OCDE. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU), el porcentaje de la población en la indigencia en Chile solo es de 3,2%, un 95,7% de alfabetismo. Chile ocupa el segundo puesto en América Latina, el 44 entre 182 naciones en cuanto a logros en las áreas de salud, educación e ingresos. El dato mantiene a Chile dentro de la categoría de "alto desarrollo humano". Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) el país tendría el producto por persona más alto entre los 10 países de Sudamérica.

Así es, pero el costo de esos logros se ve reflejado en el poco valor al matrimonio, la familia y la iglesia. A nadie le importó en su carrera por un nivel de vida más alto, ver las grietas que se producían en la vida familiar y social. Sólo uno fue capaz de ver el precipicio por el que millones de chilenos están cayendo: Dios

“Así como el agua que se derrama en tierra no se puede recoger, así también todos tenemos que morir. Pero Dios no nos arrebata la vida, sino que provee los medios para que el desterrado no siga separado de él para siempre. El costo del terremoto es mucho menor del costo de una vida en el infierno y una eternidad sin Dios.

David dijo y es lo que creemos en este tiempo: “Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres. Hemos caído en las manos de Dios, pero su misericordia y amor por Chile, por Talcahuano y por cada región afectada, es para salvación. Para que nos volvamos a las sendas antiguas.

Antes que sigamos vale la pena preguntarnos, ¿En Dónde está la iglesia? O más bien ¿En donde ha estado la iglesia estos últimos años?

En el libro de Jonás se describe el juicio inminente de Dios a la gran ciudad, prospera, llamada Nínive. Una ciudad que había perdido tanto sus valores, que su gente no sabía distinguir entre el bien y el mal, entre lo que era correcto o incorrecto, entre su mano izquierda y su mano derecha. Los cientos de personas que estaban saqueando y robando en medio de la tragedia, lo hacían no amparados bajo la oscuridad, sino lo hicieron a plena luz del día, ya que creían que lo hacían con un legítimo derecho de supervivencia. Eso es no saber distinguir entre lo que es justo o ilegal, como los habitantes de Nínive.

Allí también se habla de una nave sacudida por el mar. En medio de todas las victimas, destrucción y daños ocasionados por el terremoto y el tsunami, sin lugar a duda que uno de los sectores mas golpeados en vidas humanas, en daño a la propiedad y la perdida de empleo es en aquellos que su fuente de trabajo es el mar. Hay caletas de pescadores destruidas, como por ejemplo El Morro, Cantera, Candelaria, Puerto Ingles, Tumbes, embarcaciones destruidas y muchos hoy perdieron su fuente de trabajo.

Dice: Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. La imagen que se puede apreciar en las zonas costeras afectadas por la tragedia y aquí mismo en Talcahuano, es de una gran destrucción. Mi sentir es como el que se describe en Jonás 1:4 “se pensó que se partiría la nave”; ellos creían que todo estaba perdido; pero al final vemos que Dios se acordó de ellos. Es mi oración a Dios y creo que el Señor se acordará de cada uno de los que hoy lo han perdido todo.

Estos hombres de la mar, no sabían el porqué de la tormenta, pero igual estaban padeciendo; no tenían responsabilidad directa con los hechos de Nínive, pero igual estaban siendo sacudidos por el mar.
Ellos pagaron un precio alto, tan solo por una razón: despertar al “dormilón”, Jonás. Jonás estaba durmiendo, dentro de esa nave que estaba siendo destruida, huyendo y despreocupado de que Nínive, la gran ciudad, sería destruida. Ese Jonás nos da una clara imagen de la iglesia cristiana y sobre todo del liderazgo de la iglesia, ante los miles de personas en Chile que cada día están sin Dios y con grandes vacíos en el corazón. No importa lo que diga el FMI, o la ONU sobre Chile, y cuanta organización exista en el mundo, a la luz del evangelio millones en Chile hoy están sin Dios, con hogares y matrimonios destruidos, necesitados de Dios, de su perdón y de su amor; necesitados de un evangelio vivo. El patrón de la nave se le acercó a Jonás para despertarlo; Iglesia de Dios en Chile, el Espíritu Santo es ese patrón de la nave, el está gritando a tus oídos y tu corazón, “despierta y clama por tu hermano, por tu vecino, por tu prójimo, despierta y clama por Talcahuano, por Chile”. Es tiempo de humillarse y de arrepentirse por el cristianismo liviano y egoísta que hemos estado viviendo. Nosotros los líderes y la iglesia somos ese Jonás dormilón, que a pesar de la gran tragedia permanecemos paralizados, sin la fuerza y el amor para movernos hacia Dios y hacia nuestro prójimo.

El Espíritu Santo no está llamando a su iglesia para hacerla grande; todo lo contrario, el quiere humillarla y quebrantarla para que podamos dar vida y salvación a otros. Jesús tenía el pan en sus manos para multiplicarlos y para alimentar a una multitud hambrienta, pero antes de hacerlo, partió el pan. Si nosotros no estamos al lado del que llora, al lado del enfermo, del que está sin abrigo, si no somos quebrantados por tantos necesitados en nuestra zona, no podremos dar vida, fe y esperanza a cada necesitado.

No estamos aquí para decirles a las autoridades lo que tienen que hacer, mas bien agradecemos lo que cada uno está haciendo y su gran esfuerzo, (empezando por el alcalde, hasta cada uno de los que están recogiendo escombros), estamos en deuda con los bomberos, carabineros, ejercito, funcionarios públicos, gracias a los que están reparando las tuberías para que nos llegue el agua, gracias a cada voluntario; muchas gracias a todos ustedes.

Tampoco estamos aquí para condenar al pecador, mas bien estamos aquí en razón de lo que dice el profeta Isaías, “buscad a Jehová mientras puede ser hallado… llamadle en tanto que está cercano”, estamos aquí para humillarnos, para volver al altar de Dios. Para hacer una oración: “Dios Todopoderoso, aceptamos tu perfecta voluntad aún en el dolor y la tragedia, pero no te olvides que somos de barro, que nadie puede permanecer en pie delante de Ti.
Así como has permitido el dolor y la muerte, trae sobre Chile, sobre Talcahuano y sobre cada región afectada, trae la vida, la paz, y la oportunidad de levantarnos con tu ayuda, de reconstruir las regiones afectadas, con la fuerza de tu Espíritu. Ayuda a nuestras autoridades, dales fuerza y sabiduría, como se la diste a José en Egipto en los días de hambre. Ayúdanos a cambiar lo que necesitamos cambiar y a volvernos a nuestra familia, a nuestro prójimo, ayúdanos a ser humildes y agradecidos con lo que tenemos. Dios que envías tu sol y tu lluvia sobre buenos y malos, perdónanos y vuelve tu rostro de misericordia sobre Chile. Ayúdanos a entender tus caminos y el dolor, de tal forma que al mirar atrás, seamos capaces de aún dar gracias por lo que nos tocó vivir en estos días. Amén”.

3/14/2010

¿Dónde ha estado la iglesia? Mensaje para la iglesia después del terremoto.


¿Dónde ha estado la iglesia en estos 20 años? Lamentablemente esa palabra “solidaridad” no se encuentra en la Biblia, pero el concepto está en toda ella y lo suficientemente claro.
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. ¿Se ha humillado la iglesia estos 20 años por ver a una nación alejada de Dios? ¿Se ha humillado la iglesia al ver la juventud sumida en la inmoralidad y el vicio? ¿Se ha humillado la iglesia por la misma iglesia, que ha dejado de ser la sal de la tierra? Solidaridad es para un cristiano, humillarse ante Dios, clamando por perdón y misericordia por su prójimo y para que la tierra no sea destruida.
“Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano”. Solidaridad para un cristiano es mostrarle a cada chileno su necesidad de Dios, su condición y la gran salvación.
Un líder importante de la iglesia dijo estas palabras desde un medio de comunicación a todos los miles que han vivido el terremoto y no tienen respuesta de que ha sucedido: “Esto no es un juicio de Dios, Chile es un país sísmico, por ello sucedió lo que sucedió”.
Si un líder cristiano en el momento del quebrantamiento y necesidad excluye a Dios, ¿hacia donde entonces miraran los afectados por el terremoto? Si Dios no envió o permitió el terremoto, si solo tiene una causa natural, cada iglesia debería de cerrar sus puertas.
Solidaridad para un cristiano es hoy gritar en las calles, “Es tiempo de volverse a Dios”. Empezando por sí mismo.
¿Dónde ha estado la iglesia estos 20 años? Apacentándose a si misma, preocupada de si misma, engordándose a si misma. La iglesia se olvidó de su prójimo, la iglesia no sabe lo que es solidaridad.

Fuerza Chile, Vamos Chile que se puede. Para una persona sin Dios, la confianza en su propia fuerza siempre será su declaración. “Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con cedros los reemplazaremos” (Is. 9:10), “… Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado” (Mal. 1:4). Por 20 años hemos visto el camino de los hombres, por 20 años hemos estado bajo un gobierno socialista y comunista. Lo físico es una sombra de lo espiritual, creo que Dios ha mostrado en lo físico lo que se ha construido en 20 años.
Muchas veces necesitamos ser sacudidos en lo físico para que veamos nuestra condición espiritual. Los socialistas perdieron el poder no por permitir la píldora del día después, que dicho de otra manera es un permiso para nuestros jóvenes y adolecentes a relaciones sexuales destructivas; perdieron el poder no por darle pleno derecho e igualdad a los homosexuales y las lesbianas; perdieron el poder no por destruir el valor de la familia, de darle a los padres pleno derecho de educar a sus hijos (colocando al estado como el gran protector y educador); los socialistas perdieron el poder cuando diseñaron mal el transporte urbano (transantiago). Muchos gritaron en contra del gobierno por quitarles su comodidad. Pero nadie gritó por lo anterior, nadie grito por permitir que los homosexuales y lesbianas caminaran en las calles como una forma de vida normal, nadie gritó por ver a nuestros jóvenes borrachos y en toda clase de libertinaje sexual, en fiestas semana tras semana.
¿Dónde ha estado la iglesia estos 20 años? En un seminario donde la verdad fue expuesta y donde habían mas de 40 pastores, una semana después se reunieron los líderes principales de Talcahuano, y estos fueron 3 testimonios de diferentes pastores de lo habían escuchado: 1. “¿Qué hacemos, pastores? hemos oído de este hombre enseñanza tras enseñanza que es completamente opuesta a lo que hemos enseñado en nuestras iglesias por años. 2. “Yo no escuché nada que no fuera bíblico, todo estaba en las Escrituras”, 3. “de que nos preocupamos pastores, si de todas maneras seguiremos enseñando nuestras mismas doctrinas, démosle para adelante no mas”. Una falta total de amor de la verdad. Religiosidad no es sinónimo de cristiandad, religiosidad no es lo mismo que piedad y una vida recta, religiosidad es un hábito, costumbre y forma de vivir de un ser humano que reemplaza a la verdadera fe, que hace que nuestras conciencias muertas se sientan bien, mientras seguimos con una vida tibia. Religiosidad es el cristianismo moderno que todos practicamos. Nuestra denominación es más importante que un amor de la verdad, eso es religiosidad y muerte espiritual obviamente.
El confiar en la carne es una maldición: “Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón” (Jer. 17:5). Las ideas socialistas y comunistas son contrarias al camino de Dios, tanto como la religiosidad y el pensamiento moderno de nuestras iglesias, que han reemplazado la predicación por entretención, sermones motivacionales y una gracia barata.

“Salió lo peor de nosotros”. Es una frase muy mencionada en los medios de comunicación al ver el caos y pillaje en medio de un terremoto. En realidad no salió lo peor de nosotros, “salió lo que somos y lo que no hemos querido ver en 20 años y en toda la historia humana”. “Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio” (Jer. 17:3).
En un sistema socialista los valores son de poca importancia. Al igual que la conquista, nuestros gobernantes saben que una forma de gobernar a otros es por medio de lo material, “pan y circo”. Leemos en la Biblia, “He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado” (Ez. 16:49)
Las personas que participaron del robo y pillaje, lo hacían creyendo que estaban en su legítimo derecho de hacer lo que estaba haciendo.
Se nos ha enseñado en 20 años a exigir nuestros derechos, pero no a saber cuales son nuestras responsabilidades. Adoptamos una forma de vivir en la cual no hay consecuencia de nuestros actos, no se castiga al culpable, mas bien los derechos humanos se levantan para ser un escudo protector al que infringe la ley. Tal es nuestra irresponsabilidad en la vida, hacia Dios y nuestro prójimo que a estas alturas todavía nos preguntamos, ¿Por qué está pasando lo que está pasando?
¿Dónde ha estado la iglesia en estos 20 años? Dios llamó a su nación una nación santa, una nación de profetas, una nación de sacerdotes. En 20 años, tal cual Eva tragó la mentira de la serpiente, los padres cristianos han sido engañados en cuanto al pensamiento socialista y comunista, que lo mas importante es una carrera universitaria y ser un profesional. Hoy en día seguimos entregando nuestros hijos al fuego, a otros dioses. Lo mas importante es criar hijos para el Señor, que le amen con todo su corazón, aún cuando su oficio fuera el ser zapateros.
Tenemos hijos universitarios, profesionales, pero sin amor de Dios y su iglesia. La inmoralidad, la fornicación, es igual en la iglesia como lo es en el mundo.
Chile un país desarrollado. Hoy pertenece a los 30 países desarrollados OCDE. Hace 11 años atrás era llamado el jaguar de Latinoamérica. Chile es un país de oportunidades, libre mercado y desarrollo. El costo de esos logros se ve reflejado en el poco valor al matrimonio, la familia y la iglesia. A nadie le importó en su carrera por un nivel de vida más alto, ver las grietas que se producían en la vida familiar, en la moral, en las virtudes y principios de una persona. Solo uno fue capaz de ver el precipicio por el que millones de chilenos están cayendo: Dios, solo El fue quién escuchó y actuó para salvar a esos millones de Chilenos que han cambiado lo mejor por un estilo de vida cómodo.

Ciertamente el Señor DIOS no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas (Am. 3:7) Dios había hablado con suficientemente anticipación de lo que venía, pero nosotros no quisimos oír y creer. A inicios de este año el Señor llamó a la iglesia a orar, orar en las casas y llamar al arrepentimiento. Sabemos de personas que tuvieron sueños, de mensajes con un año de anticipación, de una persona que un día antes no fue a trabajar por la carga del Espíritu. Pero la iglesia misma respondió como Félix ante Pablo: “Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré (Hch. 24:25)”. Nuestra vida tibia era un mensaje claro de lo que venía.

El terremoto y maremoto, fue un juicio de Dios y al mismo tiempo un acto de su amor y misericordia. Tal como dice la Biblia: “Así como el agua que se derrama en tierra no se puede recoger, así también todos tenemos que morir. Pero Dios no nos arrebata la vida, sino que provee los medios para que el desterrado no siga separado de él para siempre (II Sam. 14:14). El costo del terremoto es mucho menor del costo de una vida en el infierno y una eternidad sin Dios.

David dijo y es lo que creemos en este tiempo: “Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres (II Sam. 24:14) Hemos caído en las manos de Dios, pero su misericordia y amor es para salvación. Para que nos volvamos a las sendas antiguas.

Al lado de nuestra casa, jóvenes tenían un día una fiesta toda la noche y madrugada. En su alegría ellos estaban burlándose de Dios. Cuando fue el terremoto uno de esos jóvenes estaba aterrado, saliendo en ropa interior, tomándose de los barrotes de la puerta del patio exterior. El temor de Dios cae cuando hay una sacudida. Pero de la misma manera se pierde al volver a la aparente vida normal.
Entonces la tierra se estremeció y tembló; los cimientos de los montes temblaron y fueron sacudidos, porque El se indignó (Sal. 18:7)

Dios puede quitarnos nuestras debilidades en un instante. Estaba tratando con una persona que me manifestaba su incapacidad de vencer sus debilidades. Le aconsejaba de cosas en su vida que le pudieran hacer daño.
Dios envió las ranas , y cuando Moisés le preguntó a Faraón cuando quería que le fuese quitada tal plaga e inmundicia, su respuesta fue, “mañana”. Nuestras debilidades son en realidad lo que amamos en esta vida, lo que nos entretiene. ¿Dónde ha estado la iglesia estos 20 años? Una cosa es segura, no ha estado meditando en la ley de Dios, muy pocos cristianos han leído una sola vez la Biblia en su vida. Sin mayor sacrificio, cada cristiano debería de leer la Biblia en un año. Pero si hemos gastado nuestra vida sentándonos en silla de escarnecedores, de burladores, hemos compartido con gente perversa, homosexual, arrogante y sin temor de Dios. Me refiero que si hemos pasado horas frente al televisor y nuestros hijos frente al internet. La sociedad chilena no es una sociedad que vive alrededor del deporte, de la política, de la cultura, de la religión, de la familia, o el trabajo. No, la sociedad chilena, incluidos los cristianos y pastores, viven alrededor de la farándula, la televisión, y cada artista o programa de entretención.

Dios escuchó el clamor de algún necesitado, ya que en un solo día quitó la televisión, el internet, las salas de chat, el deporte, el casino, la fiesta de fin de semana, o el simple hecho de no tener tiempo para mi familia, para la iglesia o para Dios. Nos quitó la vanidad y el sentirnos superiores a otros, porque tal parece que sin el agua, todos tenemos el mismo olor.

¿Dónde ha estado la iglesia estos 20 años? Los líderes han puesto vanamente su confianza en el gobierno. Han hecho alianza con socialistas y comunistas tan solo por los panes y los peces, por ayudas económicas. Hoy necesitamos cristianos como Finees, que se levanten contra la tibieza y pecado que hoy al igual que el mundo, gobierna a la iglesia. Y en días de confusión y de indiferencia hacia Dios, se escuche el clamor de cada oveja, cada cristiano y cada líder, haciendo la misma oración que Esdras, Nehemías, David, Daniel, Moisés, Abraham, la oración de arrepentimiento, que tanto le hemos dicho al pecador que haga.

Dios ha mostrado que su iglesia no es un templo ni un día en particular, la iglesia somos cada uno de nosotros y la iglesia hoy está en nuestros hogares. No hemos podido reunirnos en templos físicos, ni hemos podido acudir a nuestros cultos del domingo. Pero en cada hogar el Señor da la oportunidad para levantar un altar, un clamor, una alabanza y un corazón contrito y humillado.

Te invitamos a unirte al clamor del Espíritu Santo: “¡Dios, ayúdanos y muéstranos tus caminos! ”.

Julio Barrientos
Iglesia Cristiana Sion
Talcahuano Chile.
Mensaje para la iglesia después del terremoto