10/09/2017

¡CUIDADO! UN EVANGELIO FALSO ESTA DESTRUYENDO EL CRISTIANISMO BÍBLICO

¡CUIDADO! UN EVANGELIO FALSO ESTA DESTRUYENDO EL CRISTIANISMO BÍBLICO

“Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo” (Lc. 16:1-2).
Jesús habló de cierto hombre rico que oyó un reporte de que uno de sus mayordomos estaba malgastando sus posesiones. Así que lo llamó a que le diera cuentas, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Entrega cuenta de tu mayordomía, porque ya no serás mayordomo”.
Esta parábola es muy importante para el cuerpo de Cristo ahora. Es la trágica historia de un siervo de Dios que pierde su poder y unción y termina ofreciendo un evangelio rebajado y barato. El hombre rico de esta parábola es Cristo mismo en quien moran todas las riquezas de gloria. El mayordomo que está siendo despojado de la autoridad es cualquiera a quien le ha sido confiada la Palabra de Dios, pero que ha sido hallado culpable de desperdiciar los recursos de su Señor.
Este mayordomo era culpable de malgastar las posesiones de su señor, una acusación que se podría hacer en nuestros días en contra de multitud de ministros, de obreros cristianos y de ovejas. ¡Qué desperdicio vemos en el reino de Dios hoy en día!



1. Los Elegidos de Dios desperdician tiempo, el más precioso recurso que el cielo pudo confiar a la humanidad.
Los pastores ungidos de Dios, maestros y evangelistas son tan culpables como las multitudes del redil que sólo buscan los placeres. Los mayordomos del evangelio deberían estar redimiendo el tiempo y no malgastándolo en pasatiempos, deportes, recreación y la televisión. Muéstrame un hombre de Dios que se sienta enfrente del ídolo de la televisión, desperdiciando horas preciosas, perturbando su alma y su mente con la corrupción del infierno, y yo te mostraré a un mayordomo injusto a quien Dios traerá a cuentas y le despojará de toda autoridad espiritual.
Este mayordomo se consintió a sí mismo. El tomó los recursos de su amo y se los derramó encima. Uno pensaría que todas las riquezas eran solamente suyas, por la manera en que se gastaba los recursos y en que se consentía a sí mismo.
Hoy vemos este triste espectáculo en la iglesia, a cristianos yendo de un lado para otro, desperdiciando los recursos divinos sin saber que Dios les va a pedir cuentas por ese desperdicio.

2. El poder, otro de los gloriosos recursos de Cristo, está siendo egoísta y tontamente malgastado.
Los reyes del poder en la casa de Dios son aquellos que malgastan el poder de su amo para justificarse a sí mismos. Quieren ser conocidos y respetados como profetas, como los hombres del momento, buscados como poderosos guerreros de fe, acción y poder. Aman el aplauso de los hombres, la adulación como para un héroe; les gusta ir por ahí oyendo esas palabras de autoaprobación. “¡Miren, ahí esta! ¡Ahí va ese poderoso hombre de fe, acción y poder!” Pablo denunció esa adulación a ministros. Debemos dar honor a quien honor merece, y ése es ¡solamente Cristo!
Los creyentes sin discernimiento hacen pequeños dioses de los autonombrados profetas, sanadores, y maestros de nuevas revelaciones.
El poder malgastado está corrompiendo al ministerio y la casa de Dios. Los cristianos superficiales son atraídos al poder como las abejas a la miel. Y una terrible acusación en contra de la iglesia apóstata es oír a los cristianos decir: “¡Qué bárbaro, qué poder tiene!”, en vez de susurrar con santa reverencia: “¡Está lleno de Jesús! ¡Jesús se revela en él maravillosamente! ¡Hace a Cristo real!”
El verdadero mayordomo del evangelio no busca el poder para demostrarlo enfrente de multitudes curiosas. Las multitudes pueden ver la fuerza del poder sanador de Dios, como cuando Jesús sanaba a los enfermos. Sin embargo, a Él le oían decir una y otra vez: “No le digas a nadie”. Dios le confía su mayor poder a aquellos que van a los hospitales, a las calles, a los hogares, y en secreto, lejos de los ojos de aprobación y de los aplausos, derriban fortalezas, atan a los demonios y libertan a los cautivos, sanan a los enfermos y son verdaderos y desconocidos ministros del poder sanador de Cristo. El verdadero don de sanidad no se manifiesta en una atmósfera de espectáculo, sino que se manifiesta solamente cuando es usado por siervos humildes que son completamente celosos de la gloria de Dios, como Cristo lo era.
Un poco del santo poder de Dios que no es usado o aprovechado solamente para la gloria de Cristo es un desperdicio. Es un mayordomo injusto gastando para sí mismo lo que no le pertenece. Sin embargo, aún hay hombres que se levantan grandes nombres para sí mismos, robándole la gloria y el poder al Señor, para engrandecerse ellos mismos.

3. La fe es otro recurso de Cristo que está siendo desperdiciado por los cristianos hoy en día.
¡Toda la fe verdadera proviene de Cristo! Cuando hablas de todas las riquezas de Dios en Cristo Jesús, debes incluir la fe. Somos salvos por la fe de Cristo. Pero la preciosa fe que debería haber sido cuidadosamente invertida, está siendo desperdiciada en trivialidades. Los héroes del capítulo once de Hebreos se apropiaron de su fe para conquistar reinos, tapar la boca a los leones, extinguir el poder del fuego, poner en fuga a los ejércitos del enemigo, ejecutar actos justos, recibir a sus muertos de regreso, y finalmente, para soportar torturas, vituperios, azotes, prisiones y cárceles.
¡Hoy la fe de Cristo es a menudo desperdiciada en egoísmo! ¡Logros personales, éxito, aumento de bienes, riquezas terrenales y prosperidad sin límite, con perfecta salud y una felicidad sin mancha!
¿Por qué será que los cristianos pueden invertir todas las clases de fe en un intento de llegar a ser prósperos y felices, pero no pueden tener fe para que su casa y sus vecinos sean salvos? ¿Por qué tan poca fe para recibir la santidad de Cristo? ¿Por qué tan poca fe para evangelizar a un mundo perdido?
Uno de estos días, muy pronto, Dios nos va a poner de espaldas contra la pared y nos va a pedir cuentas de la forma en que manejamos Su preciosa fe. ¿La gastamos sólo en trivialidades, como si la fe sólo existiera para hacernos la vida más fácil? ¿No nos preguntará el Señor, con ojos penetrantes, por qué no usamos sus riquezas sabiamente? ¿Qué pasará en el tiempo que viene pronto, cuando legiones de demonios sean soltados sobre esta generación, y los gobernadores de las tinieblas extiendan sus reinos siniestros, y furiosas tentaciones; cuando los ejércitos de Satanás vengan en contra de nosotros, y los burladores y los torturadores y los anticristos se levanten para acosar a los hijos de Dios? ¿Estará el pueblo de Dios, los mayordomos de Dios, en la línea del frente haciendo una gran demostración de fe para la gloria de Cristo, o estarán de pie delante del Juez para ser despojados y echados fuera por malgastarla? ¡Señor, ayúdanos!

LA GRAN LECCIÓN

La gran lección de esta parábola va más allá de la tragedia de una iglesia que desperdicia las riquezas de Cristo en intereses egoístas; va hacia el pensamiento corrupto de los mayordomos cristianos que han sido despojados de la autoridad divina. Los mayordomos del evangelio que desperdician el tiempo, la fe, el poder y otros recursos divinos van, por consiguiente, a perder su autoridad espiritual en Cristo y van a ser libres para comprometerse con sus propios planes y proyectos. Perderán su unción y se arrastrarán inventando un evangelio que perpetúe sus propios intereses.
“Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía” (Lc. 16:3).
Los mayordomos que malgastan la riqueza de su amo y pierden la unción llegan a estar completamente dedicados a su propia supervivencia.
Ya no es su interés principal: “¿Qué puedo hacer por el Señor?”, sino, “¿Qué puedo hacer por mí?”. Esto incluye tanto a discípulos como a ministros.
Le pregunté al espíritu Santo por qué este mayordomo no se arrepintió simplemente y se arrojó en la misericordia de su amo. ¿Por qué salió y empezó a planear y a hacer proyectos para protegerse a él mismo y su futuro? Yo creo que la respuesta es que había ido muy lejos y se había colocado más allá de la redención. Sus propios intereses le habían endurecido, se había entregado a un corazón dividido. Si crees que los predicadores centrados en sí mismos y los discípulos nunca están más allá de salvarse, no conoces la Biblia. Así eran Ananías y Safira; también Alejandro e Himeneo a quienes Pablo entregó a Satanás para que otros temieran; también aquellos de Romanos 1, que cayeron de la fe a la profundidad de una mente reprobada.
Te lo digo con dolor en mi corazón, que ahora ya hay ovejas, ministros y ministerios que han sido desechados por Dios. Estos son los que han sido engañados por espíritus mentirosos, habiendo sido advertidos una y otra vez por el Espíritu Santo y por los profetas de Dios, de que se arrepintieran y que se humillaran. Ellos fueron absorbidos por el egoísmo; empezaron a fornicar con madera y piedras, se convirtieron en constructores de templos y de monumentos de realizaciones personales; y rechazaron una vida de quebrantamiento y humildad. ¡Dejaron el closet de oración por sus intereses y por la obra de sus manos! Temerariamente malgastaron el dinero de Dios, la fe de Dios, el tiempo de Dios y el poder de Dios.
Por toda la nación, oigo de gente santa de oración, la misma cosa que oigo de mi Padre del cielo. Aquellos que están caminando con Dios, viviendo en el Espíritu, instintivamente sienten que Dios ha descubierto, y que deplora, todas las abominaciones en la iglesia, en el púlpito, en las predicaciones y en algunos ministerios populares.
No todos son corruptos, ¡gracias a Dios! Hay un remanente creciente de santos y ministerios que se han vuelto a la justicia y a la oración. Pero el verdadero cuerpo de Cristo debe orar por sabiduría divina para discernir a aquellos que ya han sido despojados de la autoridad espiritual y de la unción. Un mundo creciente de cristianos de oración ahora comparten el mismo dolor de Dios por toda la mezcla con el mundo, y sus corazones claman que Dios trate esto pronto. ¡Creo, sin lugar a dudas, que está a punto de hacerlo! Si Dios puede hacer caer a Babilonia en una hora, seguramente puede limpiar esta mezcla en Su templo en un momento.
La mayor parte de los mayordomos modernos que han sido despojados por Dios de todo servicio espiritual no son tan sabios como el mayordomo injusto, no se dan cuenta de que ya todo terminó. No se han dado cuenta de que ya han sido despojados de su mayordomía. Pero tú te puedes dar cuenta que se acabó, por los planes y proyectos que presentan centrados en el hombre. Los intereses de Dios ya no son lo más sobresaliente, ahora lo único importante para ellos es su próximo proyecto. Terminan un proyecto de hombre solamente para lanzar otro más espectacular que el anterior.
Mi corazón clama: “¡Oh, mi bendito Señor! ¿Cuándo se despertará el pueblo de Dios y empezará a discernir que todo ese loco gastar, esa construcción, y esa mentalidad mundana representan un despilfarro hecho por cristianos y por ministros que ya han sido desechados por el Espíritu Santo y que están a punto de ser llamados a cuentas? ¿Cuándo dejará el pueblo de Dios de aguantar tal tontería? ¿Cuándo se despertará el cuerpo de Cristo y gritará en contra de esto y dirá: ¡Basta!” No hay ya profetas de Dios en la tierra? ¿No quedan pastores con suficiente discernimiento del Espíritu Santo y con autoridad espiritual para despertar a esta gente respecto a ese peligroso desperdicio de los recursos de nuestro Señor? Es triste, pero es cierto, que en algunos de los más conocidos ministerios del país hoy en día, ni con mucho se escucha la verdadera Palabra de Dios. Yo no soy juez, pero por sus hechos es patente que algunos están más allá de la censura, cegados por sus propios consejeros, cegados por ambición, cegados por los dioses del éxito y el poder.
Algunos de ellos no recibirían un solo profeta hoy en día, están tan altos y son tan poderosos, están tan confiados en sí mismos, tan ricos, tan influyentes, tan establecidos en sus caminos, tan comprometidos con sus propios planes y proyectos, que no pueden escuchar nada.
¡Sus ojos están cerrados, sus oídos no oyen, y no saben que la gloria se ha ido y que Icabod ha sido escrito sobre sus puertas! Y tan cierto como que el mayordomo injusto fue derrocado, así también ellos caerán. Dios va a cortar el suministro y va a hacer una cosa tan sorprendente que los oídos de todos los que lo oigan van a retumbar.
Llamo a todos los santos que oran en toda la tierra que empiecen a ayunar y a orar por la limpieza dentro de la casa de Dios y entre sus ministros y ministerios. Que empiece conmigo y con el ministerio a mi cargo. Yo necesito esta purificación tanto o más que todos los otros. Ora porque el fuego santo de Su santidad llene de temor todos los púlpitos. Ora para que Dios salve los ministerios que aún pueden ser salvados, que Dios humille y rompa las voluntades necias de los hombres centrados en ellos mismos, que haya arrepentimiento y un regreso a la pureza y a la honestidad. Ora para que ellos respondan pronto. Únete a todos los otros santos que oran. ¡Que ya no se malgasten los recursos de Dios! Ya no más alianzas con aquellos que no tienen preocupación por los intereses de Dios, sino que usan a otras personas para aumentar sus intereses egoístas. ¡Ya no más confiar en aquellos que ofrecen un evangelio barato y de oferta!
¡Dios danos profetas y pastores y evangelistas, puros, separados, quebrantados, que se den completamente para la gloria de Jesús, que puedan tronar en contra del pecado y de la corrupción y hagan temblar a los adúlteros, a los que se divorcian, a los laicos y ministros tibios en la casa de Dios! Creo que el pueblo de Dios está clamando por líderes que sean ejemplo de santidad, y que los conduzcan a caminar más profundamente con Cristo. Creo que la congregación está más hambrienta de Dios que muchos del púlpito. Algunos ministros jóvenes me dicen que no pueden encontrar a hombres ancianos de Dios a quienes puedan mirar como modelos de santidad y pureza. La gente quiere moverse en Dios, quieren fuego en el púlpito y convicción en las bancas. Quieren que el Espíritu de Dios despierte a sus iglesias y los saque de la corrupción. Al menos, eso es lo que oigo de los que me escriben.

UN EVANGELIO BARATO, CARENTE DE COMPROMISO

Este mayordomo despilfarrador dijo: “Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas” (Lc. 16:4)
Procedió a llamar a todos los deudores de su amo y les ofreció tratos con tarifas reducidas. Al deudor que debía a su amo cien medidas de aceite le decía que sólo pagara cincuenta. El redujo el trato de otro deudor que debía cien medidas de trigo. Le dijo que sólo necesitaba pagar ochenta medidas. Les ofreció a todos los deudores atractivas rebajas en los tratos.
Cuando el Espíritu Santo se va de un hombre o de un ministro, y él toma el control, toda clase de convenios se ofrecen a los deudores. Es por eso que estamos oyendo ese evangelio barato y rebajado desde tantos púlpitos.
Ahora hemos llegado al corazón del mensaje de esta parábola. Estos mayordomos que han sido despojados, van por ahí haciendo tratos rebajados con deudores que andan buscando una forma de pago barata. ¿Quién quiere pagar el precio completo de la redención cuando hay en pie una oferta de saldar la cuenta con una salvación barata? ¿Quién quiere llevar los sufrimientos de Cristo cuando puedes “cumplir” con menos? ¿Por qué soportar la muerte, la cruz, el oprobio y el rechazo cuando simplemente, reclamas tus derechos y puedes volar justo hasta el paraíso sin pena ni sacrificio? ¡Santos, alíniense -es tiempo del evangelio basado en tratos baratos-!
¡Quédate enfrente de tu televisión, llena tu alma y tu mente con toda la porquería de los pozos del infierno, sigue adelante, disfruta el cine escandaloso, el teatro para adultos; corre con la multitud, bebe, fuma, ve a centros nocturnos, cuenta chistes groseros; divórciate, haz trampas, fornica; gasta, compra y endrógate; no ores, no ayunes, no clames, no hables de cargas, de santidad y de apartarse del mundo! ¿Por qué? ¡Porque es el día del evangelio barato y rebajado, sin dolor, sin poder, contaminado! Se ofrece diariamente por radio, por televisión y en cruzadas y en las iglesias por todo el mundo.
“Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente... Y yo os digo: Ganad amigos pro medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas” (Lc. 16:8-9)
Que quede esto claro. Dios no está alabando el mal proceder del mayordomo, ni está recomendado sus acciones como tales. El sólo recomienda la forma astuta en que el mayordomo injusto se condenó a sí mismo. El amo alabó la manera en la que selló su ruina. En otras palabras: “Tú pensaste sabiamente en ofrecer estos tratos rebajados. Pero cuando todo se venga abajo, y se vendrá, tú y todos los que participaron contigo en tus ofertas deshonestas, serán enviados a los lugares donde habita Satanás”.
Lo que Dios nos está diciendo es que no hay atajos, no hay consagraciones a medias, no hay caminos fáciles a la gloria, o sin dolor. Vamos a pagar el precio completo, esto significa que tomemos nuestra cruz, nos neguemos a nosotros mismos y lo sigamos a El hasta la plenitud de la vida de resurrección. En el día del juicio todos los mayordomos despojados y sin poder se van a parar delante del trono del juicio de Jesús, mirando no sólo sus ojos llameantes sino que también verán a los pobres hijos perdidos del reino a quienes ellos engañaron con ese evangelio parcial. ¡Qué alarido será oído! Ellos rechazarán a sus falsos profetas, gritando: “¡Falso! ¡Impostor! ¡Pastor cruel! ¡Hijo de Icabod! ¡Inventor de mentiras! ¡Nos heriste con ceguera con tus medias verdades!”.
Todo lo que le puedes elogiar a algunos hombres de Dios y a ciertos ministros hoy en día, es que su astucia y su ingenio están proveyendo para ellos y sus seguidores un camino con Jesús a un precio de oferta. Y es astuta la manera en que las Escrituras son torcidas y entrelazadas para hacer que suenen correctas y aprobadas por Dios. Han ido ya tan lejos que muchos pueden pecar a voluntad y no ser convictos de pecado. Pueden decir con el Israel apóstata, “Librados somos para seguir haciendo todas estas abominaciones” (Jer. 7:10). Doctrinas de demonios y doctrinas de falsa seguridad son ofrecidas a aquellos que escogen vivir vidas carnales y sensuales.
El mayordomo injusto pensó que había asegurado su futuro, pero era una falsa seguridad. El seguía siendo el mismo hombre permisivo, tramposo y sensual que siempre había sido, y los amigos que iban con él eran de su misma naturaleza, todos ellos cegados por una falsa seguridad. Puedes estar seguro que pagó un alto precio por su engaño. ¿Quién puede dudar que el amo rechazó los tratos rebajados que ofreció el mayordomo injusto? Yo creo que el amo demandó el precio completo.
Dios le dijo a la iglesia de Laodicea, tan llena de bienes y que alardeaba de no tener necesidad de nada, en realidad eres desventurada, pobre, miserable, ciega y desnuda. Y hasta que no renuncie a toda la tibieza, Dios la vomitará de Su boca a ella y todo lo que representa. Este hecho espantoso ya está sucediendo.
¡Dios danos mayordomos fieles! Danos santos en el púlpito y en las bancas que se vuelvan al Señor con todo su corazón, que rompan sus ídolos, y caigan contritos delante de Tu presencia. Y Dios, vuelve a traer el evangelio de justicia, de separación del mundo, y mandamientos santos de amor, y levanta ejércitos de vencedores que alisten sus lámparas y se preparen para recibir al Novio. Dios, llévanos a la Cruz, a la muerte de nosotros mismos, a reconocernos muertos al pecado por fe, y a la resurrección en el reino de Vida Eterna en Cristo. Amén.

Por: David Wilkerson

SÍNTOMAS QUE PRECEDEN AL AVIVAMIENTO

Dr. James Stewart

Hay dos temas que conmueven los corazones y aceleran el pulso de los cristianos entusiastas en todo el mundo: El cercano regreso de nuestro Señor Jesucristo y la obra sobrenatural del Espíritu en el ministerio de avivamiento.
Estoy seguro que estarán de acuerdo conmigo cuando hablo de una desesperada necesidad de que llegue la hora de una visitación fresca del cielo. Un trabajo poderoso y sobrenatural de Dios resolvería todos nuestros problemas en la iglesia aquí y en todo el mundo. Los problemas que laceran nuestra vida de iglesia desaparecerían con el nuevo toque del Espíritu de Dios. Estaría llena de misioneros y de recursos para los campos extranjeros. Los millones de paganos que hasta ahora se encuentran en la oscuridad pronto serían evangelizados.
Con el fin de orar con inteligencia y fe, debemos saber qué es un avivamiento y cuáles son sus síntomas. Sabemos que la palabra "Síntoma" no es un término teológico sino un término médico; cuando un doctor dice que un paciente tiene cierto mal, ¿cómo lo sabe? Simplemente porque él ha encontrado los síntomas y ha diagnósticado el caso. Pues bien, hay síntomas definitivos de cuándo va a venir un avivamiento. Yo puedo ir de congregación en congregación, de pueblo en pueblo, y diagnosticar rápidamente la condición espiritual de los creyentes y asi saber si van a tener un avivamiento o no.
Es posible que estés orando sin fe por un avivamiento si no observas cuidadosamente los síntomas del avivamiento que viene. Estos síntomas son los mismos en toda congregación, en toda ciudad, en toda nación, no importa lo diverso de los antecedentes. En todo lugar a donde voy, busco con oración profunda su diagnóstico espiritual para ver si el Espíritu de Dios está trabajando ahí realmente. Cuando veo estos síntomas entre un grupo de creyentes, entonces puedo sin temor a equivocarme, pronosticar un poderoso avivamiento.
SÍNTOMAS DE UN AVIVAMIENTO





ESPÍRITU DE HUMILLACIÓN Y CONFESIÓN

Tenemos una observación aguda de este síntoma en el gran versículo profético de Zacarías 12:10, en el cual vemos que la nación de Israel llorará pronto al ver su terrible culpabilidad en la crucifixión de su Mesías.
"Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito."
Este espíritu de gracia y de oración se produce por el poderoso derramamiento del mismo Espíritu Santo. De hecho, el espíritu de gracia y de oración es sólo otro nombre del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo comienza a trabajar entre su pueblo, preparándolo para un avivamiento, siempre hay llanto, lamento y confesión. El pueblo de Dios se humilla y se quebranta delante de la cruz, mientras miran fijamente el asombroso amor de su querido Redentor. Así, humillados, lloran amargamente por sus pecados. "Oh Dios", claman, "¿cómo pudo mi corazón ser tan frío?, ¿cómo pudo mi vida de oración ser tan miserable?, ¿cómo pudo mi amor por mis hermanos y por mis hermanas ser tan pobre a la luz del calvario?"
"Oh Dios", claman, "perdóname por mi rencor, perdóname por mi raíz de amargura, perdóname por mi falta de fruto, perdóname por mi infernal orgullo religioso, perdóname por mi falta de preocupación por este mundo perdido que se está yendo al infierno."
Les digo, amigos; no hay nada que humille más que un avivamiento. ¿Estás preparado para esto? ¿Estás preparado para que la lámpara escudriñadora de la Palabra de Dios apunte hacia los escondrijos más profundos de tu ser, de tu vida pública y de tu vida privada? si, mi hermano. Si, mi hermana, antes que venga un avivamiento debe de haber muchas caras avergonzadas y muchos corazones quebrantados.

Cuando veo la maravillosa cruz
En la cual el príncipe de Gloria murió
Mi mayor ganancia la tengo por pérdida
Y derramo desprecio sobre todo mi orgullo.

A menudo oramos: "Oh Señor Jesús, acércate, oh bendito Espíritu, muévete entre nosotros". Ahora, imagínate que Dios contesta esa oración, ¿qué puede suceder? Tendría que haber arrepentimiento, contrición y confesión en medio de los santos. Supón que el Señor humillara a tu pastor delante de la congregación. Supón que los ancianos fueran humillados por el Espíritu Santo. Suponte hermano, hermana, que tienes que levantarte este domingo en la mañana delante de la congregación y hacer una confesión completa. Supón que un pastor tiene que ir con otro y decirle: "Querido hermano, yo he estado diciendo algunas cosas malas acerca de usted y de su congregación. Yo he estado actuando con presunción y orgullo." ¡Yo te digo que estos serían síntomas de un avivamiento!
Queridos amigos; si pudieran ver lo que el ojo de Dios ve en medio de nosotros, ¡te maravillarías de que no nos haya mandado a todos al lago de fuego! Nunca olvides que Dios odia el pecado en todas las formas y tamaños, Él no lo va a tolerar ni por un segundo. Él enviará juicios y después se retirará de ti.
"...Y quietaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido" (Ap. 2:5)
No es siempre el adulterio, el robo, la borrachera y cosas como éstas las que estorban el avivamiento. Hay otras cosas de condenar. Mientras hablaba con la difunta Sra. Booth-Clibborn, la hija mayor de los fundadores del Ejército de Salvación, acerca de la necesidad desesperada de arrepentimiento en la iglesia, ella dijo muy seriamente::
"Hermano James, ¿sabe qué creo? Creo que los pecados de corazón -raíces de amargura, envidia, celos, rencor o difamación u orgullo religioso- son tan infernales a los ojos de Dios como los pecados externos, como el adulterio o el asesinato."
Podría escribir hojas enteras, con lo que he visto como síntomas en nuestro ministerio de avivamiento. En una ocasión yo no pude hablar porque por ocho horas los cristianos permanecieron de pie uno tras otro confesando sus pecados.
Ahora, sea en público, en lo secreto o en privado; la confesión debe conducir a una restitución práctica, y si no, todo es engaño. No tiene caso llorar delante de Dios pidiéndole que perdone los pecados si no se va a restituir inmediatamente. No seas hipócrita: "Deja tu ofrenda en el altar y ve y reconcíliate con tu hermano."

Sí, lo afirmo de nuevo, éste es el primer síntoma de que viene un avivamiento. Recuerdo una ocasión que oí de una supuesta gran visitación de Dios en cierta ciudad del norte de Estados Unidos. Esperé en vano escuchar que uno de los líderes en la campaña hubiera confesado públicamente sus pecados y hubiera restituido con su esposa; la gran campaña evangelística terminó sin que yo oyera esto. Miles confesaron haberse salvado; las iglesias decían que tenían un gran aviamiento. Este líder público no parecía haberse humillado. Claramente no había habido tal avivamiento. Unas pocas semanas después los pastores sólo podían juntar un puñado de almas nacidas de nuevo; las iglesias volvieron a su tibieza y estado de muerte. Debemos tener el espíritu de quebrantamiento delante del Dios Santo.


ESPÍRITU DE DOLORES DE PARTO

En Isaías 66:8 al final del versículo leemos: "...pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz hijos."
El síntoma de dolores de parto es un gran ausente en las congregaciones actuales. Cuando voy a algunas de ellas a veces pienso que estoy en un zoológico a la hora de comer a causa del ruido. La gente está charlando como si estuvieran esperando el comienzo de un evento deportivo. Es bueno tener un ambiente amigable en la iglesia, pero, ¿cómo puede actuar el Espíritu Santo en ese ambiente? Spurgeon dijo una vez: "Va a haber una gran bendición hoy, porque hay mucho rocío celestial alrededor" Lo que él quiso decir era que había tantos intercesores delante del trono que él sabía que el Espíritu trabajaría poderosamente. No es de extrañar que Dios bendijera a Spurgeon. Por muchos años él tuvo dos veladas de oración semanales donde 4, 000 cristianos oraban por horas; nunnca predicó sin que 500 de sus gentes estuvieran orando en otro cuarto del edificio.
No es suficiente para un predicador proclamar el glorioso evangelio de Cristo. Debe predicarlo "...por el Espíritu Santo enviado del cielo..." (1a de Pedro 1:12). Sin embargo, esto no es suficiente. Si va a haber un avivamiento, si la iglesia va a ser apresurada y restaurada a su primer amor, si las almas van a ser salvas; ¡Todos los miembros de la iglesia deben tener dolores de parto para tener verdaderos nacimientos espirituales! "En cuanto Sión estuvo de parto, dio a luz hijos..." En una ocasión Whitefield le gritó a la gente: "si ustedes no lloan por ustedes mismos, entonces yo tendré que llorar por ustedes"; después de esto él rompió en un lloro incontrolable.
Muchas veces nosotros hemos oído sollozos y los gemidos de santos preciosos antes y durante los servicios en Europa. A veces los llantos y los dolores de parto eran tan grandes que me fue imposible predicar. Antes de que estallara el avivamiento en Hungría, el Señor me permitió conocer a una hermana única en Cristo; su marido era de familia aristócrata. Ella estaba muy cargada por la condición espiritual de su marido y de su hijo, pero también lo estaba por la deplorable condición de la iglesia de la que era miembro. En todas nuestras reuniones de oración, no importaba si había 4, 000 o 5, 000 asistentes, ella siempre levantaba su mano y clamaba hacia el púlpito: "Hermano James, no nos olvidemos de orar por la iglesia, no nos olvidemos de orar por mi marido y mi hijo" Si, era única, porque igual que Ana tenía un espíritu apesadumbrado; era una de las Anas del avivamiento; agonizaba, tenía dolores de parto. No importaba la hora del día o de la noche. Siempre estaba en las reuniones de oración, ya fieran a las tres de la tarde o a las dos de la mañana.
Una madrugada como a las cuatro yo estaba visitando una reunión de oración en la ciudad de Budapest y descubrí que ella llevaba doce horas orando en una iglesia metodista; me acerqué cuidadosamente y la toqué en su hombro y le dije amablemente: "Querida hermana, usted debe irse a su casa ahora, ya ha estadoaqui suficiente tiempo." Me miró a través de las lágrimas y me dijo: "oh James, no me envíe a mi casa, no puedo irme. Además usted no es el Espíritu Santo, no puedo irme hasta que Él me libere. Ore conmigo, mi carga es muy grande".

Cuando años después el jefe de los obispos de la iglesia a la que pertenecía esta hermana me agradecía por haber traído un avivamiento a su iglesia yo le contesté: "Amado hermano, hace mal en agradecerme a mí este avivamiento. Es cierto que yo prediqué a miles, pero el avivamiento que vino a su congregación se debe a las oraciones agónicas de una mujer."
¿Tienen este síntoma de dolores de parto en medio de ustedes? ¡Entonces, el avivamiento viene en camino!


ESPÍRITU ANHELANTE

Otro síntoma de avivamiento es el espíritu anhelante.
"Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario" (Sal. 63:2-2)
"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama, por ti oh Dios, el alma mía" (Sal. 42:1).

En esta gacela del desierto que brama por las aguas tenemos una preciosa ilustración de los creyentes sinceros y honestos, con almas sedientas por Dios. Nos han dicho en los zoólogos que el ciervo es un animal que brama por las aguas; literalmente jadea todo el día, pero especialmente después de un recorrido por el desierto árido.
¿Cuál es tu condición espiritual y la de tus amigos creyentes? ¿Tienen hambre y sed de Dios? ¿Tienen ese espíritu anhelante de Dios? ¿Tienen ese anhelo espiritual de ver Su poder y Su gloria manifestados en Su santuario? Desgraciadamente, esa cualidad espiritual es muy rara. Habla con los cristianos nominales de las cosas santas de Dios; predica a la congregación evangélica promedio acerca de las cosas gloriosas de nuestro bendito Señor, y sólo tendrás una respuesta pequeña. La razón no hay que buscarla lejos: están aburridos; están cegados de tanto oír. Su pecado es alterar las cosas santas, ya han oído todo y a todos, ya hay saciedad en sus almas; han perdido la dulce sensación de la bendita presencia de la majestad de Cristo. Ministrarlos es como pararse en el glaciar más grande de Europa en el este de Noruega, ¡el cual es de 500 millas cuadradas de hielo sólido! La palabra de Dios se congela en tus labios y el alma se estremece dentro de ti.
Si el arcángel Gabriel fuera enviado a ministrarlos sería una obra deprimente. Uno de los grandes requisitos de un avivamiento es: escasez. "Por que yo derramaré aguas sobre el sequedal..." (Is. 44:3). Muchos cristianos dicen politicamente: "Me necantaría ver un avivamiento" pero por su simple tono de voz sabes que no tienen un deseo real.
Recientemente en una ciudad de Europa, después de un largo servicio de sábado en la tarde , los creyentes permanecieron seis horas en la sala de reunión el domingo escuchando una predicaciónsazonada con oración y alabanza: ¡no querían irse a sus casas!, no estaban interesados en su hermosa comida de domingo. ¡Quién quiere abandonar un banquete de ls mejores cosas en la santa presencia de Dios, sólo para ir a comer un filete o un pollo frito! No es de extrañar que el Salvador dijera: "María ha escogido la mejor parte, la cual no le será quitada".
Si algunos creyentes fueran al pastor y le dijeran: "Pastor, reunámonos el sábado en la noche, o levantémonos el domingo temprano para buscar el rostro de Dios, tengamos una reunión extra de estudio de la Biblia", entonces sabrás que el bendito espíritu anhelante se está manifestando, y el avivamiento, seguro está en camino. Agradece a Dios cuando veas un Espíritu inquieto, un espíritu de sed y de anhelo.

ESPIRITU DE ARMONIA

Otro síntoma de avivamiento es el espíritu de armonia. "Mirad cuán bueno y delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión, porque allí envía Jehová bendición y vida eterna" (Sal. 133).
Uno de los primeros pasos para el avivamiento es quitar las barreras denominacionales. En muchos casos las denominaciones han creado odios, envidias o aún celos entre la gente de Dios. Muchos grupos están clamando para que el avivamiento comience sólo en sus denominaciones, y se sentitrían ofendidos con dios si el fuego cayera sobre otro grupo en la misma ciudad. Si tú fuiste puesto por Dios en un grupo verdaderamente espiritual, debes ser fiel ahí; pero, oh mi hermano, no debemos amar más a nuestro grupo que a nuestro Señor. Nuestras etiquetas denominacionales caerán cuando seamos raptados a la gloria. El Espíritu de Dios está buscando la unidad entre la gente de Dios en estos últimos tiempos de oscuridad para detener la marea y preparar la venida del Señor.
El Espíritu Santo está buscando un rompimiento de las barreras en medio de su verdadero pueblo, comprado por Su sangre, para que sean instrumentos para el avivamiento que viene. Yo he visto en mi experiencia personal que es muy notorio durante los tiempos de persecución y las épocas de grandes avivamientos, que los verdaderos cristianos nacidos de nuevo se unan en un gran ejército para pelear contra el diablo. Andrew Bonar dijo: "Dios ama la unidad, ama que clamemos juntos, las peticiones firmadas por más de uno".
Cuando hace unos años tuve que enfrentar la muerte por causa de Cristo, estuve viviendo la eternidad durante dos semanas; pensé que no viviría y me trasladé a la gloria. Miré hacia atrás y hacia abajo, hacia la tierra, tal como era. Vi a las iglesias y noté poca esperanza y la total inutilidad de las barreras humanas levantadas para dividir a la gente de Dios. Mientras esperaba estar pronto en la presencia de mi glorioso Redentor, mi corazón estaba lleno del aplastante amor por TODOS LOS SANTOS para comprender la anchura, la largura, la profundidad y la altura de la vida cristiana (Ef. 3:18).
Otro paso para el avivamiento es quitar todas las diferencias que dividen a los cristianos dentro de sus propias congregaciones.
No tiene caso clamar a Dios hasta que haya perfecta armonía dentro de la iglesia. Muchas veces encontrarás santos peleando contra el diablo en una esquina de la iglesia, y en otra esquina de la iglesia santos jugando con él. Pero desgraciadamente a veces hay división aún entre los miembros más distinguidos de la iglesia. El diablo ha sembrado su cizaña. En lugar de un hermoso amor impregnando la atmósfera, no hay sino odio, rencor y celos. Todo esto por el infernal orgullo y la autosuficiencia. Porque "el hombre viejo" no ha sido quitado de enfrente y clavado definitivamente en la cruz.
Uno de los más hermosos síntomas de avivamiento es la atmósfera cálida y amistosa de una unidad espiritual. Mientras el avivamiento sigue, el trabajo se intensifica y este amor crece. Yo he visto que, incluso después de muchos meses de reuniones diarias donde se juntan entre 2, 000 ó 3, 000. son como una gran familia feliz. El Santo Espíritu ha derramado el amor sobre los corazones (Rom. 5:5). Esta hermosa relación se da por la unidad en Cristo. Ellos pertenecen a Cristo y así pertenecen unos a otros. Ahora pueden cantar con profundo sentimiento:
Ahora pertenezco a Cristo
Jesús me pertenece
No para los años del tiempo de soledad
sino para la eternidad

ESPIRITU DE FE

El último síntoma que mencionaré es el espíritu de fe. Recordemos la historia de 1a de Reyes 18; el profeta estaba orando en el monte Carmelo y envió a su sirviente: "Sube y mira hacia el mar, y el subió y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve y di a Acab, unce tu carro y desciende , para que la lluvia no te ataje" (1a Re 18:43-44).
Nosotros hemos estado en esa misma cordillera, y es fácil para nosotros ver como el poderoso Elías pudo dar un vistazo en todas las direcciones del horizonte para ver si había alguna respuesta de Dios a su oración. Cuando agonizaba con la cara entre sus rodillas, Elías recibió el reporte de su sirviente de que ahora había una nube pequeña como del tamaño de la palma de la mano de un hombre; inmediatamente él profetizó en fe acerca de la lluvia que venia. La tormenta, en tierra de sequía, fue un milagro de Dios, pero no olvidemos que el milagro de Dios vino a causa de la fe de Elías. Él anunció de antemano que iba a llover cuando sólo había una nube minúscula a lo lejos. El espíritu de fe es peculiar sólo a aquellos que como Elías han orado. Esta gente es el pueblo de la uncíon secreta de Dios, aquellos que agonizan en sus cámaras secretas.

El linaje de los sacerdotes ungidos de Dios
nunca pasará,
permanecen delante de su glorioso rostro,
y le sirven de noche y de día.
Aunque la razón se levante y la incredulidad
fluya como poderoso río,
Ellos son y serán hasta el final,
los sacerdotes escondidos de Dios.

El avivamiento comienza cuando el Espíritu enseña a los intercesores. En quietud esperan en gloriosa comunión e intercesión agónica por la conversión de una iglesia mundana y de un mundo que se está muriendo. De pronto, Dios les revela que sus oraciones han sido contestadas y que las ventanas del cielo están a punto de abrirse y que un diluvio espiritual está apunto de descender.
Estos santos no siempre se dejan ver, ya que creen que deben permanecer en lo oculto por si una pequeña parte de la gloria que le pertenece a Dios les pudiera ser dada a ellos. A veces estas almas irán a su pastor, o se levantarán en una reunión y declararán que un poderoso avivamiento viene en camino; muchas veces esto sucede después de que ya han pasado muchos años, y ellos se atreven a decir que ya sabían que venía el avivamiento. Podíamos contar uno tras otro los incidentes de santos insignificantes que han tenido ese espíritu de fe. ¡Ellos profetizaron "el sonido de una lluvia abundante", cuando no había, ni siquiera una pequeña nube en el horizonte! ¿Cómo lo supieron? Dios les había revelado sus secretos. Sus oraciones fueron contestadas.
Recordamos cómo en una ciudad de los países escandinavos comenzamos con diez personas y terminamos con diez mil personas todas las noches en la plaza del mercado. Este avivamiento vino cuando la gente menos lo esperaba; unos años después descubrimos que esto ya había sido mostrado por el Señor a una hermana cuyas oraciones habían sido contestadas a quien el Señor había dicho que haría "una cosa nueva".
Amado, no juguemos al ministerio del avivamiento, no hablemos con ligereza del avivamiento. Muramos con angustia, no nos burlemos de Dios. ¿Cuántos de ustedes han orado y agonizado en las vigilias secretas del día y de la noche hasta que Dios les ha dado el testimonio de que la bendición viene en camino? ¿Hay algún signo de estos síntomas de Avivamiento en medio de ustedes ahora? Haz un diagnóstico cuidadoso de la vida espiritual de la gente, analiza cuantos tienen el espíritu de fe para anunciar la venida de las bendiciones. ¿Hay alguno en medio de ustedes que haya recibido la promesa definitiva de parte de Dios de que está a punto de amanecer sobre tu iglesia y sobre tu comunidad?
¡Que Dios nos permita ver estos síntomas de avivamiento para su gloria! Ampen.
Mi difunto amigo, Edward Last, dijo hermosamente: "Aunque las iglesias no pueden producir un avivamiento, deben prepararse para él y esforzarse lo mas que puedan mientras llega y, paradójicamente, la iglesia que está preparada pára un avivamiento ya está en él."
"Algunas veces en un día de bochornos hemos visto grandes nubes juntarse, con la promesa de la lluvia y hemos oído la artillería de los cielos resonando en las alturas; y cuando volteamos los rostros hacia arriba una o dos grandes gotas caen sobre nosotros y sabemos que el aguacero está cerca. Así nos parece ahora a muchos cuando levantamos nuestras caras al cielo y sentimos las gotas refrescantes, aunque sean pocas, pero que prometen un chubasco. HA COMENZADO A LLOVER".

Por una inundación en la tierra sedienta,
por un poderoso avivamiento.
Por un grupo santificado y sin temor
listo para saludar su llegada.

¡Oh Dios, envía a tu iglesia comprada con tu sangre y a un mundo necesitado, un diluvio de bendición! ¡Amén!

COMENTARIO ACERCA DE LA IGLESIA

El término "avivamiento" presupone un deterioro, una descomposición; una caída, un aflojar las riendas.
Una iglesia que necesita ser reavivada es una iglesia que está viviendo por debajo del patrón normal del Nuevo Tesatamento. Sus miembros, que necesitan ser despertados, están viviendo una vida cristiana subnormal. El fuego de la consagración a Cristo y el fuego del cielo por las almas perdidas se está apagando lentamente, y necesita ser reavivado. Es una tragedia y un hecho real, que la gran mayoría de los cristianos hoy están viviendo una vida cristiana subnormal. Tan bajo ha caído la vida espiritual de la la mayoría de los creyentes, que el estado glorioso que trae un avivamiento les parece anormal. Hemos llegado a considerar que este bajo estado espiritual en nuestra experiencia es lo normal en la iglesia, y que el avivamiento del espíritu es extraordinario o anormal.
La frialdad, la muerte, la insensibilidad y el deslizarse son estados anormales y la iglesia nunca será normal hasta que sea reavivada. El esplendor glorioso de la iglesia que brilla como resultado de un avivamiento es el verdadero estándar que el Señor ha establecido en el Nuevo Testamento, y esto es lo que Él espera ver en medio de sus redimidos en todo tiempo. No hay nada anormal en la iglesia avivada del Señor. Lo único anormal en la iglesia hoy en día es que necesita ser reavivada. No hay nada anormal en ser llenos del Espíritu Santo, de acuerdo a Efesios 5:8. No hay nada anormal en santificar a Cristo en el corazón como dice el mandamiento en 1ª de Pedro 3:15. No hay nada anormal en los cristianos que "reinan en vida por Jesucristo" como se menciona en Romanos 5:7. No hay nada anormal en un hijo de Dios redimido que presenta su cuerpo en sacrificio vivo, como Pablo manda que se haga en Romanos 12:1. No hay nada anormal en un bautismo de poder para ganar las almas perdidas para Cristo. Todo esto representa lo normal en un cristiano como lo presenta para nosotros el Nuevo Testamento. Adolf Monod, cuando se estaba muriendo, gritó desesperadamente cuatro declaraciones: "Todo por Cristo; por medio el Espíritu Santo; para la gloria de Dios; todo lo demás no vale nada".

La falsa idea acerca del avivamiento, se le puede atribuir a las enseñanzas erróneas del pasado: 1) Que el aceptar el señorío de Cristo en nuestras vidas es una segunda experiencia de la gracia que es un tipo de añadidura opcional en la vida del cristiano. 2) La llenura del Espíritu ha sido establecida como un lujo y sólo es para unos cuantos privilegiados. Que es algo delicado y noble, pero no un mandato necesario para cada hijo de Dios redimido. Por consiguiente se tienen términos de "súper-espirituales" para definir una vida que consideran anormal y prácticamente inalcanzable para la mayoría de los cristianos.
Mucha gente ha venido a mí en los estudios bíblicos, después de insistir en la absoluta necesidad de estar habituados en la vida espiritual que está declarada en el Nuevo Testamento, y me han dicho incluso hasta llorando: "Sr. Stewart, somos salvos hace años, y siempre hemos pensado que lo normal de una vida cristiana eran derrotas y fracasos mientras caminábamos sobre esta tierra. Nunca habíamos sabido que esa vida que usted nos describe no sólo es posible alcanzarla, sino que es el estándar de santidad que Dios tiene para cada uno de sus hijos".
CUANDO EL FUEGO DEL SEÑOR CAE

Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas"
"Respóndeme, Jehová, respóndeme para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos".
"Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo y aún lamió el agua que estaba en la zanja".
"Viéndolo todo el pueblo se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!"
1a de Reyes 18:36-39